El sueño de los moteros que ha costado 270 muertes: la carrera 'suicida' de la Isla de Man
Desde su nacimiento a principios del siglo XX, la peligrosa carrera que se disputa en la isla británica es noticia año a año por sus fatales consecuencias
267 muertes, España prohíbe participar a sus pilotos... ¿por qué se sigue corriendo en la Isla de Man?
Raül Torras, la víctima 267 de la carrera de motos más peligrosa del mundo
Los aficionados al motociclismo saben que, por estas fechas, van a tener que perder a un compañero. La hermandad de las dos ruedas ha aceptado como una verdad inevitable que el Tourist Trophy de la Isla de Man se va a cobrar, al menos, una víctima.
Raül Torras, mosso d'esquadra de profesión y apasionado de las motos, es el último que se ha dejado la vida en uno de los puntos más críticos de los 60,67 kilómetros de los que consta el icónico y casi suicida circuito. Torras era un veterano que desde 2017 viajaba desde Girona a la Isla de Man a batirse el cobre por la agrietada carretera británica, rozando arcenes y muros de piedra que han visto demasiado dolor en sus más de 100 años de historia como lugar de competición.
La historia del TT de la Isla de Man comienza a principios del siglo XX. Con la explosión de la industria del motor, los corredores que empezaban a ver esas motocicletas como algo más que un medio de transporte eligieron esta ruta de la montaña Snaefel para hacer una contrarreloj en la que demostrar la valentía innata que todos los aficionados a las dos ruedas tienen.
Desde que en 1907 comenzara a celebrarse, esta ha cumplido la máxima de todas las carreras: los deportes del motor son peligrosos. Ni el circuito más seguro del mundo ni el piloto más experto pueden evitar que, si se dan las trágicas circunstancias, se pueda perder la vida. En los rallies, en la Fórmula 1 o en el mundial de MotoGP, cualquier competidor es consciente (o debería) de que tiene una cierta probabilidad de sufrir un accidente potencialmente mortal.
Esa posibilidad aumenta exponencialmente en la Isla de Man. Hasta hace apenas unos años, los tramos de carretera ni siquiera se cortaban y podía producirse el caso de que un piloto que fuera a más de 150 km/h (el récord está en 209 km/h, batido este mismo miércoles por Michael Dunlop) se encontrara de frente con un camión de fruta, por ejemplo, o con un coche que volvía a su casa. Es lo que le ocurrió a Steve Mercer, en 2018. Por este accidente él se quedó en silla de ruedas y la organización decidió que era buena idea cortar las carreteras mientras se disputasen entrenamientos o las propias carreras.
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ContinuarMercer lo puede contar, pero no así los 267 muertos que van (a fecha de edición de este texto, no es descartable que quede desactualizado en breve) desde que comenzó la carrera.
La trágica lista la inauguró oficialmente Victor Surridge, un británico que perdió la vida en Glenn Helen, una de las zonas más críticas del trazado: oficialmente, han muerto en ese punto siete pilotos. El punto negro por excelencia aquí es Alpine Cottage, donde han fallecido once motoristas. El último, Raül Torras.
El reto deportivo del TT de la Isla de Man
En lo que son las carreras en sí, el TT de la Isla de Man cuenta con seis categorías: senior, lightweight, supersport, superbikes, superstock y sidecars. En esta última competían los que, hasta el momento, ocupaban los últimos lugares en la larga lista de muertos de la isla de Man: Roger y Bradley Stockton, padre e hijo que competían juntos en la misma máquina, y Cesar Chanal, (al que inicialmente identificaron como su copiloto, Olivier Lavorel).
Para los pilotos es todo un reto de conducción. Largas rectas donde se pueden alcanzar los 200 km/h con motos prácticamente de serie con ligeras modificaciones de entre 660 cc y más de 1000 cc, con cambios de rasante como el Ago's Leap (el salto de Ago), llamado así en honor al legendario Giacomo Agostini y un espectacular salto que le captó un fotógrafo en la carrera de 1970 en la que participó.
Santiago Herrero, en 1970, y Raül Torras son los dos españoles que han fallecido en esta carrera. En total, ha habido 267 fallecidos oficialmente
Y es que el TT de la Isla de Man formó parte del Mundial de Motociclismo entre 1949 y 1976. Pese a que en este periodo murieron más de 50 personas, no se eliminó del calendario oficial del Mundial hasta mediados de los 70.
Eso no ha evitado que pilotos de mucho nivel se convirtieran en leyenda en sus calles, no solo por sobrevivir (que ya es un logro), sino por ganar. Caso de Joey y el citado Michael Dunlop, John McGuiness o el mismísimo Mike 'The Bike' Hailwood, nueve veces campeón del mundo.
Cuando no matarse es la excepción
La muerte de Santi Herrero en la curva 13 del circuito hizo que cambiara la percepción que había en España de esta carrera. Desde entonces, la Federación Española no emite licencias para correr allí, por lo que muchos eligen la andorrana (caso de Raül Torras) para poder hacerlo. Pocos pilotos españoles les ha atraído esta prueba, pero alguno ilustre: Ángel Nieto, por ejemplo, disputó la carrera de 1968, aunque se cayó en la primera vuelta. Y no volvió.
La decisión del organismo español no es única, ya que otros países y la propia Federación Internacional le han seguido los pasos, pero eso no ha frenado la sangría. De hecho, la década de los 90 fue especialmente negra en esta carrera: murieron 43 personas.
Con excepción de los años de la II Guerra Mundial y poco más, todos los años ha habido al menos una víctima en esta carrera. La edición más dolorosa fue 2005, cuando fallecieron 9 competidores, un espectador y un comisario. Solo hubo un año de descanso: 1982. Todos los que viajaron a la Isla de Man volvieron a sus respectivas casas, un récord que, por mucho que duela a la buena afición motera, seguirá un año más vigente.
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