Encuentran un diente de cachalote de la Edad del Cobre en Valencina
Se trata de la «primera pieza» de esta naturaleza «jamás encontrada» en la Península Ibérica con relación a la Edad del Cobre
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Las excavaciones arqueológicas en Valencina de la Concepción siguen revelando sorpresas para los investigadores y el público en general. En esta ocasión, un trabajo de investigación acometido por científicos de universidades andaluzas y de otras instituciones da cuenta del «excepcional» hallazgo de un «extraordinario» diente de cachalote dentro de un hoyo en los notables vestigios de la Edad del Cobre.
Este estudio, titulado 'Desde las mandíbulas de Leviatán: Un diente de cachalote del mega sitio de la Edad del Cobre de Valencina', es fruto del trabajo de un amplio equipo de investigadores del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, del Centro Oceanográfico de las Islas Canarias, el Instituto Español de Oceanografía, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), las universidades de Córdoba, Huelva y Durham (Reino Unido), el Instituto Arqueológico Alemán y del Servicio de Arqueología del Ayuntamiento de Valencina de la Concepción.
El gran yacimiento de Valencina
Este mega sitio de la Edad del Cobre, cuyo arco cronológico abarca aproximadamente entre los años 3200 y 2300 antes de nuestra era (a.n.e.); se extiende sobre unas 450 hectáreas de los términos municipales de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán y sus máximos exponentes son los 'tholos' de La Pastora, Matarrubilla y Montelirio, contando la zona con numerosos vestigios de índole funeraria y habitacional.
Desde 2010, recordémoslo, algo más de 779 hectáreas de los términos municipales de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán están protegidos con la figura de Zona Arqueológica, al acoger los vestigios de este gran asentamiento humano de la Edad del Cobre; si bien voces del mundo científico abogan ya por una ampliación del perímetro catalogado.
En ese marco, este trabajo de investigación aborda las excavaciones arqueológicas acometidas en el verano de 2018 en el recinto del antiguo instituto de educación secundaria (IES) Las Encinas de Valencina de la Concepción, a cuenta del proyecto promovido por el Ayuntamiento de esta localidad, actualmente gobernado por Ramón Peña, para la construcción de la nueva biblioteca municipal.
Tales excavaciones, como exponen los autores de este estudio recogido por Europa Press, «revelaron una serie de vestigios, incluyendo un hoyo» de carácter no funerario, en el que fue descubierto un «excepcional» diente de cachalote, actualmente depositado en el Museo Municipal de Valencina.
A pesar del paso del tiempo se conserva en buen estado
La pieza, al detalle, constituye la mitad superior de un diente de cachalote aislado e incompleto, en un buen estado de conservación pese a su antigüedad, de una longitud de 13,2 centímetros y un peso de 414 gramos; tratándose de la «primera» pieza de esta naturaleza «jamás encontrada» en la Península Ibérica con relación a la Edad del Cobre.
De hecho, los autores de este trabajo de investigación destacan que se trata del primer resto óseo de mamífero marino descubierto en el mega enclave calcolítico de Valencina y Castilleja de Guzmán, toda vez que «el único ejemplo de similar cronología y morfología en Europa fue descubierto recientemente en Cerdeña» , isla italiana.
Precisamente debido a la rareza e importancia de esta pieza, estos investigadores han desplegado un estudio multidisciplinar que incluye un modelado fotogramétrico en tres dimensiones, así como análisis tafonómicos, paleontológicos y contextuales; que «han conducido a una completa caracterización de la pieza mediante» aspectos como el estudio de sus rastros de bioerosión, marcas antropogénicas, el contexto de su localización y su trasfondo sociocultural en la Edad del Cobre.
Lo arrastraron las mareas y las tormentas
Parece que la pieza llegó a Valencina como un producto exótico, como lo hicieron otras materias primas de gran valor como el sílex, el marfil, el cristal de roca, el cinabrio o el ámbar, y que fue recogida de la costa.
Los investigadores explican que los cachalotes son «animales oceánicos frecuentes« tanto en las aguas del Atlántico, como del mar Mediterráneo próximas a la Península Ibérica; precisando que como «hay vestigios de bioerosión por todos los lados del diente», esto «indicaría que después de que se separase de la mandíbula» del cachalote al que pertenecía, «fue transportado por el fondo marino por las corrientes oceánicos»; hasta que probablemente llegó a la costa «como parte de un evento» de la naturaleza, como las tormentas o prolongadas mareas, «que usualmente arrojan a la costa elementos más típicos de áreas profundas» del mar.
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