Compromís decide hoy si rompe con Yolanda Díaz año y medio después del adiós de Podemos

La formación valencianista se siente menospreciada por una Díaz que decidió proteger a Pedro Sánchez antes que satisfacer las demandas de sus aliados territoriales. Los mismos que el 23-J dieron oxígeno a su artefacto electoral –ya demostrado que fallido y agrietado por momentos– y a los que prometió ser dueños y señores de los asuntos concernientes a sus respectivas comunidades autónomas como es el caso de Compromís en la Comunidad Valenciana. Sin embargo, la dirección de Sumar decidió el pasado viernes 30 de mayo, en el último momento, puentear a los de Joan Baldoví y presentar un plan de trabajo para la comisión de investigación de la dana sin la lista de comparecientes elaborada por los valencianos y entre los que se encontraba el mismísimo presidente del Gobierno, al que la también ministra de Trabajo prefiere, a la vista de los acontecimientos, ahorrarle el mal trago de declarar en relación con la riada que se cobró la vida de más de dos centenares de personas el 29 de octubre del año pasado.

«Es un punto de inflexión» que podría «desembocar en una ruptura», avisaron desde Més, facción mayoritaria de la coalición, liderada por Joan Baldoví y a la que pertenece la diputada nacional Águeda Micó, cuya Ejecutiva, reunida el pasado martes por la tarde durante más de tres horas, acordó por unanimidad la salida del Grupo Plurinacional para «garantizar la defensa de los intereses valencianos». En contraposición, la resolución de Iniciativa, la formación del otro parlamentario, Alberto Ibáñez, que aboga por permanecer dentro. Lo contrario, opinan fuentes del partido de Mónica Oltra, contribuiría al ruido y a la división de la izquierda.

La posición de VerdsEquo, la pata ecologista y tercera en tamaño de Compromís, es más compleja. Según fuentes de esta formación consultadas por ABC, ni piden abandonar Sumar de inmediato ni permanecer a cualquier precio. En su lugar, abogan por posponer la decisión hasta septiembre y evaluar entonces, con el arranque del nuevo curso político, si hay o no un compromiso de Díaz para poner encima de la mesa los temas valencianos. Una especie de última oportunidad para que el grupo demuestre que es una herramienta para desplegar la agenda de la coalición en Madrid. Eso sí, todo ello bajo la condición de que Sánchez rinda cuentas y comparezca ante el pueblo valenciano de alguna forma que no detallan.

En Sumar, incluida la propia Díaz, se muestran despreocupados y confían en llegar a un acuerdo antes de un fatal desenlace, si bien no especifican cómo. De acuerdo con su versión de los hechos, no todos los aliados de la coalición compartían el deseo de incluir al presidente en la lista de comparecientes, por lo que los votos de una minoría no se iban a imponer a los del conjunto del grupo. Desde Compromís defienden que su pretensión no era la de equiparar en responsabilidad al presidente con el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, también incluido en el listado, motivo por el cual habían previsto su comparecencia en segunda ronda y para hablar de las labores de reconstrucción de la zona afectada. Pero insisten en que Sánchez presidió el comité de crisis de la dana y por ello debe comparecer. «No queremos que esto sea la comisión del PSOE», sentencian.

Se espera que la reunión de la Ejecutiva permanente de Compromís, convocada para esta tarde a las 18.00 horas, sea larga. Como ya ha ocurrido en otras ocasiones –como cuando se decidió concurrir a las generales con Sumar– las tres fuerzas integradas en la coalición tienen que tomar una decisión por consenso, según explican fuentes internas. No hay alternativa, pues tampoco existe un reglamento que determine qué hacer en estos casos. A pesar de que cada partido tiene un peso diferente en militantes, cada uno de ellos cuenta con dos representantes en la dirección. El proceso es más complejo que el de una simple votación, por lo que desbloquear la situación puede llevar horas y ese punto del orden del día podría acabar sin resolverse.

En cualquier caso, las fuentes consultadas por este diario descartan la posibilidad de que se produzca una ruptura interna de la coalición, pese a los mensajes que destacados dirigentes de Més están lanzando en redes sociales, abogando por la ruptura con Díaz. Recuerdan, además, que no es la primera vez que se enfrentan a un dilema con posturas enfrentadas y, a priori, irreconciliables. «En Compromís fuimos los únicos que no votamos en referéndum para entrar en Sumar. Esperamos que tampoco sea necesario un referéndum para salir», apuntaba la diputada de la coalición en las Cortes Valencianas Mónica Álvaro. De hecho, la consulta a la militancia es una de las opciones que está encima de la mesa.

No se contempla, al menos de momento, la posibilidad de que el diputado de Iniciativa, Alberto Ibáñez, se quede en Sumar y la diputada de Més, Àgueda Micó pase al grupo mixto, lo que supondría una división de la acción parlamentaria.

Si los de Baldoví en el Congreso consuman esta tarde tarde su amenaza y salten al Grupo Mixto en el Congreso -algo que ya ocurrió en enero de 2016 cuando se descolgaron de Unidas Podemos-, Sumar se quedaría con 25 de los 31 asientos que obtuvo el 23-J. En pocas palabras, en menos de dos años, Yolanda Díaz habría perdido por el camino a casi el 20 por ciento de los integrantes del grupo parlamentario que dirige. El adiós de Compromís no sólo repercutirá en el poder de la coalición de la vicepresidenta, sino también en el del propio Gobierno, que también restaría dos apoyos que Sánchez habría de pelear por separado a partir de ahora al igual que ya hace con los de Podemos –que aprieta mucho, sin llegar a asfixiar– para sacar adelante cualquier votación en la Cámara Baja. A esto se suma otra crisis que también se le puede abrir al líder socialista, ya que IU, también integrado en Sumar, amenazó el sábado con abandonar el Ejecutivo si se acepta la «locura» de alcanzar el 5 por ciento del gasto en defensa.