Nutrientes y menopausia: qué no puede faltar en el día a día de una mujer a partir de los 50 años
Afrontar el climaterio con energía y buena salud nos hará sobrellevar esta etapa con menos incomodidades
Nutrición
El consumo de carne ha sido históricamente seña de estatus económico y de poder. No en vano, la gota era una enfermedad típica de nobles y de clérigos de alto rango mientras el pueblo basaba su dieta en los productos de la huerta, nabos, coles o las patatas, después de establecerse el comercio transoceánico con América. Se considera que el conejo fue una de las primeras carnes en empezar a consumirse. El término Hispania, con el que los romanos llamaban a la Península venía de la voz fenicia que significaba ‘terra de conejos’. De hecho, es el único animal doméstico que tiene su origen en la Península Ibérica y tiene procedencia exclusiva de Europa. Actualmente, la mayor parte del conejo que se come es precisamente de granja y la de caza es solo anecdótica.
Con el tiempo se generalizó su consumo gracias a la posibilidad de crianza para el autoconsumo ya que los conejos necesitan poca superficie para su alojamiento, se reproducen fácilmente, con entre cuatro y seis partos al año, y tienen una alimentación relativamente sencilla.
La carne de conejo es muy apreciada por sus propiedades nutricionales y organolépticas por su sabor, textura y aroma. Se trata de una carne blanca grasa de buena calidad. La Sociedad Española de Arteriosclerosis indica que la carne de conejo puede ser consumida diariamente y la Sociedad Española de Nutrición recomienda entre tres y cuatro raciones al día de carnes magas, entre las que se encuentra precisamente la de conejo junto a la de pollo o pavo.
El conejo tiene una carne jugosa y accesible económicamente en comparación con otros alimentos y es muy versátil por lo que se puede preparar de infinidad de modos incluyéndolo en recetas de patatas, legumbres o arroz. Algunas de las preparaciones más comunes son a la cazadora, al ajillo o a la mostaza.
Los conejos disponibles en los mercados españoles son de granja por lo que cumplen todas las medidas de higiene y de seguridad además de tener la edad más adecuada para su consumo que es entre los tres y los cinco meses. Los mejores ejemplares son los de cuello corto, rodillas abultadas y redondas y la carne musculosa.
Es adecuada para incluir en los menús bajos en calorías ya que tiene 140 calorías por cada 100 gramos.
Apta para personas con el colesterol alto, hipertensión, ácido único o diabetes.
Alto en vitaminas B3, B6 y B12 cuya carencia puede causar anemia.
También es alta en fósforo, selenio y potasio.
Baja en sodio.
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