16 DE JUNIO
¿Lealtad?
Los lectores siguen comentando la actualidad de las secuelas que ha dejado la corrupción en el seno del PSOE y la actualidad del Tribunal Constitucional
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Han quedado para la historia frases como aquella tan ingeniosa de Napoleón, «vísteme despacio que tengo prisa». Churchill dejó unas cuantas, alguna intrascendente, y Lenin dijo lo de «libertad, ¿para qué?». En su brevedad, dejó claro que su ideal era la dictadura del proletariado, es ... decir, la dictadura de Lenin. Incompatible con la libertad, como entendieron todos sus seguidores. Hay un mérito en tratar un tema tan importante con tanta claridad y contundencia. Ese mérito puede reconocerse a Pedro Sánchez, lo que le ha permitido jactarse de que nada ha cambiado y que agotará la legislatura.
Su trato con los grupos que lo apoyan está muy claro: yo tendré vuestro apoyo para seguir en La Moncloa y vosotros obtendréis todo lo que queráis. No se basa en ninguna clase de lealtad: doy y recibo; dais y recibís. Así de sencillo.
La lealtad es una cualidad muchas veces valorada. A veces se menciona el modo en que con frecuencia actúan los perros con sus amos. Muy llamativo, pero sin mérito, porque el animal no toma ninguna decisión (imposible para él) y sigue un instinto. Tampoco puede el perro considerar si la actuación en favor de su amo es buena o mala, justa o injusta. Por tanto, esas actuaciones son muchas veces admirables, pero no siempre ejemplos a seguir.
La situación política actual es que Sánchez puede agotar la legislatura, como dice, lo que muchos consideran una pésima opción, ¿o hay alguna forma de evitarlo? Aquí podría aparecer la lealtad.
Nada que decir de PP y Vox, cuya previsible actuación se sabe; y nada que decir de los grupúsculos de apoyo, en los cuales nada depende de lealtades. Queda solo el PSOE, cuya situación merece ser considerada. Su apoyo a Sánchez, en principio, es el que se considera lógico y normal. Aquí sí aparecen lealtades. Si son perrunas, nada que esperar. En otro caso, podrían valorarse varias cosas: qué se supone que es bueno y justo, qué conviene a España, o qué conviene al propio partido. La lealtad es importante, pero también la responsabilidad.
Agustín García-Amorena. Sevilla
Una nueva ponencia
El borrador de la sentencia de la ley de amnistía ya no sirve, pues debería incluir un fundamento jurídico que permita futuras leyes de amnistía que, por ejemplo, olviden delitos como los conocidos esta última semana. Los magistrados del TC, especialmente las magistradas, tienen que crear una doctrina sólida que permita, mediante otra ley de amnistía, olvidar la trata de mujeres entre Koldo y Ábalos. La realidad nos dice que la trata de mujeres es menos repelida socialmente, sobre todo por la izquierda progresista. De hecho, la repulsa del Gobierno se centra en las comisiones. Inmaculada Montalbán debe presentar una nueva ponencia que, en unos años, nos sirva para indultar y amnistiar la trata de seres humanos. Por la reconciliación.
José Luis Gardón. Madrid
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