Una ginecóloga recuerda cuál es el mejor momento para congelar óvulos si quieres ser madre
El instinto maternal parece cosa de otra generación y cada vez hay más dudas sobre la maternidad porque hay muchas etapas que cerrar antes
Madre por ovodonación: «Mi mayor preocupación era que mi hija no me aceptase por el hecho de haber sido concebida así»

Según diferentes estadísticas, casi el 80% retrasa la maternidad por motivos sociales. Entre las principales razones que aducen las mujeres nos encontramos con la inestabilidad laboral o la dificultad para conciliar, todas ellas relacionadas con la situación económica y la capacidad de afrontar lo ... que supone formar una familia, más aún en el caso monoparental. Las mujeres quieren ser madres cuando el desarrollo profesional está encauzado, un factor que coexiste con otras prioridades como la vivienda, que hacen que la maternidad se coloque en un segundo plano.
El instinto maternal además parece cosa de otra generación, cada vez hay más dudas sobre la maternidad porque hay muchas etapas que cerrar antes. Pero la preocupación por si será posible el embarazo cuando llegue el momento adecuado o si ya será tarde acecha y solo ahí solo se puede actuar, recuerdan los expertos, con la prevención mediante vitrificación ovocitaria.
Para el Equipo Juana Crespo, especialistas en maternidad con óvulos propios en mujeres que rondan los 40 años, el objetivo es que las mujeres de las generaciones venideras preserven óvulos antes de los 35 para facilitar la maternidad tardía. «No podemos revertir la situación social que estamos viviendo, pero sí cambiar el pronóstico de las pacientes en un futuro», asegura la doctora Mariola Hernández Martínez, ginecóloga de la Unidad de Donación de Óvulos de dicho centro.
¿Cómo planificar la fertilidad antes de que el reloj biológico reduzca las posibilidades reproductivas?
Hoy en día resulta fundamental que las mujeres realicen revisiones reproductivas para planificar su fertilidad. En esa visita reproductiva en Equipo Juana Crespo hacemos una revisión global no solo de reserva ovárica sino de planificación de la maternidad. Las revisiones anuales ayudan a la detección precoz de patologías que pueden dificultar el embarazo como la endometriosis, los miomas o la baja reserva ovárica y deben iniciarse cuanto antes mejor. En el caso de mujeres sanas con revisiones anuales sin alteraciones es en la franja entre los 30 y los 35 años que deberían pararse a planificar la maternidad. Aunque sabemos que cuanto antes congelemos óvulos estos serán de mejor calidad y cantidad, el objetivo es llegar a las mujeres menores de 35 años porque es a esa edad cuando empieza el declive reproductivo. La prevención es el futuro.
¿Hay alguna prueba que deberían hacerse las mujeres de jóvenes posible para ver cuál es su fertilidad?
Como decía anteriormente la fertilidad (capacidad de quedarse embarazada) es un concepto global que precisa de una valoración integral de la paciente y de su pareja llegado el caso. Tendremos que evaluar el ovario, las trompas, el útero, y patologías de base de la paciente para hacernos un esquema completo de qué puede fallar cuando queramos iniciar esa búsqueda del embarazo y cómo desarrollar una estrategia de prevención.
En lo que respecta a la reserva ovárica, que es la pregunta que más realizan las pacientes en las consultas («¿cuántos óvulos me quedan?», «¿me puedes medir la reserva ovárica?»), la podemos valorar mediante ecografía, en la que contamos los óvulos potenciales que tiene la mujer en cada ovario durante la menstruación idealmente, lo que se conoce como recuento de folículos antrales. O con la determinación de la hormona antimülleriana en sangre. Con esta primera aproximación podemos detectar de manera precoz si estamos ante una paciente con escasez de óvulos (baja reserva). El hallazgo aislado de una baja reserva ovárica no es un signo de esterilidad, pero nos debe poner en alerta para realizar un estudio exhaustivo de los motivos por los cuales esa mujer está experimentando una pérdida acelerada de óvulos, como son la endometriosis, enfermedades genéticas como la mutación BRCA o el Sdr del X frágil entre otras.
¿Cuál sería, a su juicio, el mejor momento para congelar los óvulos?
El mejor momento para vitrificar óvulos es cuanto antes mejor e idealmente no más tarde de los 35 años. Por desgracia, muchas jóvenes de 20 cuando informamos sobre preserva nos miran como pensando, ¿de qué me están hablando? Siempre se ha incidido mucho a la juventud en evitar el embarazo no deseado y ahora cuesta introducir el mensaje inverso de que lograr el embarazo puede no ser tan fácil.
Hoy por hoy nuestro objetivo es que las mujeres reciban información y conozcan lo que es la vitrificación de óvulos para que realicen el proceso antes de los 35 años. Es a esa edad cuando el material genético empieza a deteriorarse y aparecen más alteraciones cromosómicas, con el consecuente riesgo de abortos e infertilidad.
Por desgracia con el cambio social que vivimos es a esa edad cuando las mujeres empiezan a plantearse buscar un embarazo, y si no han hecho las revisiones adecuadas y planificado su fertilidad entonces puede que sea tarde.
Esto sería la edad idónea... pero, ¿cuándo ya no es posible? ¿Cuál es el límite clínico y moral?
No hay límite de edad legal ni médico, pero sí que te diría ético. Para nosotros vitrificar óvulos a mujeres en la franja de los 38 a 40 años reduce mucho las posibilidades de éxito por lo que con dicha edad nuestro consejo será otro, como vitrificar embriones o buscar pronto embarazo. Con 35 años los resultados con óvulos vitrificados son espectaculares, una media de 10 ovocitos por paciente con una supervivencia superior al 90% a la descongelación y con los que consiguen una media de 4 blastos por paciente. La tasa de embarazo además supera el 80%. Si una paciente consulta antes de los 35 años le recomendaría vitrificar 10-12 ovocitos para asegurar un hijo en el futuro con altas probabilidades. Si tiene entre 35 y 37 vitrificaría por lo menos 15.
Siempre hay que atender a las características individuales de cada paciente, existen por ejemplo condiciones genéticas que obligan a la selección embrionaria (como es el síndrome del X frágil), en estos casos hay que vitrificar más óvulos porque habrán embriones enfermos que se tendrán que descartar en el futuro. En este caso concreto para evitar el retraso mental infantil en la infancia.
En ese caso, ¿cómo se vive emocionalmente no haber preservado la fertilidad a tiempo? Es un duelo...
Así lo llamamos de hecho, el duelo genético. Es el paso de óvulos propios a óvulos donados. Algunas mujeres por desgracia, y a pesar de las técnicas de vanguardia que aplicamos en Equipo Juana Crespo, no son subsidiarias de realizar técnicas con óvulos propios. El cambio de gametos propios a donados es un duelo que requiere de apoyo psicológico y de un proceso lento de aceptación en muchos casos.
En nuestras consultas habitualmente aconsejamos darse un tiempo para pensarlo, recibir asistencia emocional por parte de nuestra psicóloga y tener una visita para resolver todas sus dudas con los profesionales. Por suerte, el tratamiento con óvulos donados, gracias a las mujeres que proporcionan sus gametos a otras que ya no tienen, es uno de los tratamientos más seguros por la cantidad de pruebas que realizan las donantes y el matching genético que se realiza con la pareja en caso de usar semen propio.
Con la vitrificación ovocitaria reduciríamos el duelo genético y la necesidad de este cambio de gametos, pero insisto, es un tratamiento que hoy en día nos da los mejores resultados en mujeres que de otra manera ya no podrían ser madres.
¿Qué condiciones pueden afectar la reserva ovárica, que no solemos prever; un cáncer, una pronta menopausia, etc?
Los antecedentes familiares de un fallo ovárico o menopausia precoz en la familia pueden trasladar una predisposición genética hereditaria que condicione una baja reserva ovárica. Las mujeres con dichos antecedentes deben tener especial precaución y consultar antes. En cuanto a mutaciones ya conocidos, contamos con dos ampliamente descritas en la literatura, una es la mutación BRCA, que predispone a cáncer de mama y ovario, y cuyas portadoras deben conocer que tienen más riesgo de baja reserva ovárica, por lo que a nivel del sistema público de salud se les ofrece no sólo la mastectomía profiláctica (para prevención del cáncer de mama), sino también la vitrificación de óvulos.
MÁS INFORMACIÓN
- Los principales temores de la mujer por su fertilidad y embarazo ante el cáncer
- Alimentos que no deben faltar en tu dieta si buscas aumentar tu fertilidad
- «Un gel vaginal hidratante no es lo mismo que uno lubricante, pero se confunden»
- Las mujeres sanas de más de 30 años podrán congelar óvulos desde 2028
- La reproducción asistida se mantiene en España: en 2022 nacieron casi 40.000 bebés con estas técnicas
- Aumentan las consultas de esterilidad: el pasado año hubo cerca de 22.000 sólo en los hospitales públicos de Sevilla
La otra es el síndrome del X frágil, es una prueba genética fundamental que se realiza en bajas reservas de mujeres jóvenes. Se trata de una enfermedad genética ligada al cromosoma X, que supone la primera causa de retraso mental infantil heredable. Los hijos nacidos de mujeres portadoras de X frágil sufrirán retraso mental mientras que las hijas al tener doble XX serán portadoras pudiendo presentar un espectro de enfermedad que va desde la baja reserva a síndromes cognitivos leves. La detección temprana en las mujeres portadoras de dicho síndrome permite realizar una selección embrionaria para descartar aquellos afectos para la enfermedad evitando así el nacimiento de un niño enfermo.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete