Peregrinación con misa de campaña al que fue santuario visigodo de Santa María de Sorbaces

Unos 200 peregrinos se enfrentaron al calor del pasado domingo de Pentecostés para celebrar el fin de curso parroquial de Guadamur y Casasbuenas. Partieron de la ermita de Nuestra Señora de la Natividad portando un icono en andas (reproducción de la patrona de Guadamur), y llegaron al yacimiento de Guarrazar a mediodía. Allí participararon en una eucaristía, presidida por José Ángel Espada Sánchez, párroco de Guadamur.

A la peregrinación se unieron las hermandades de la Virgen de la Natividad, Cristo de la Piedad, Sacramental, Virgen de la Soledad, grupo de Betania, catequesis de iniciación, talleres de oración, grupos de limpieza, coro parroquial, Cáritas y Manos Unidas.

El día trascurrió en el yacimiento de Guarrazar con talleres, comida popular, testimonios y juegos para los más pequeños. El Ayuntamiento de Guadamur, con su alcaldesa Sagrario Gutiérrez a la cabeza, invitó a todos los asistentes a paella, y sufragó los gastos del icono que se llevó en andas.

Las investigaciones arqueológicas en Guarrazar han constatado que allí estuvo el gran santuario mariano de los visigodos, Santa María de Sorbaces, lugar de peregrinación también de los reyes, que llevaban allí sus coronas votivas, las mismas que se encontraron en el tesoro de Guarrazar. Los indicios apuntan a que también había un manantial milagroso.

Sabiendo esto, y que el icono de estilo bizantino de Nuestra Señora de la Natividad, bien pudo ser trasladado a Guadamur, desde Guarrazar, tras la caída de Toledo en el año 711, se puede pensar que la eucaristía no se celebraba allí desde entonces. 1.314 años después, Sorbaces ha vuelto a ser lugar de peregrinación.