El Cachorro en Breslavia
Rechazo todas las comparaciones de este partido con el combate entre David y Goliat
Con el Betis en capilla esperando que comience la final más europea de nuestra historia, quiero que mis primeras líneas sean para rechazar todas las comparaciones de este partido con el combate entre David y Goliat, porque tener menos dinero que el Chelsea ... no nos hace ni más débiles ni más pequeños. Todos los jugadores que han viajado a Polonia saben que hoy es el día D y Manuel Pellegrini ha llegado a Breslavia como Red al Monte Plateado, con una escuadra pokémon donde hay jugadores que recuerdan a Azumarill, Scizor, Togekiss, Sableye, Clefable o Breloom. ¿Qué más da que el Chelsea asuste como Salamence o Tyranitar? Nuestros pokémon —Isco, Antony, Bartra, Johnny, Abde, Ruibal, Fornals— son capaces de elevar su poder durante el partido, porque los cánticos de la «Marcha Verde» favorecen la Megaevolución o «Mega Shinka».
Envidio a los hinchas que han viajado como una flota homérica al Tarczyński Arena, porque su misión no es tomar Troya sino regresar a Ítaca. El Chelsea ha ido a Polonia para reclamar la gloria de asaltar Troya, mientras que el Betis ha ido a Breslavia para escribir el poema épico de su regreso a Ítaca, a la Bética, a Sevilla. No es lo mismo ir a la guerra que regresar por amor. El Chelsea luchará por recuperar en la Conference lo que ha perdido en la Premier, mientras que el Betis cabalga quijotesco por una «conference» con Dulcinea, para beber de la Copa con Isolda, para ser recibido por Penélope.
El amor y el «Ongaeshi» o Movimiento Retorno, la «Marcha Verde» y la Megaevolución. ¿Por qué Lo Celso, Isco y Antony —en ese orden— han multiplicado su valía en el Betis? Porque el cariño al entrenador también hace más poderosos a los pokémon. Así, el «Ongaeshi» es un ataque fulminante que nace de la gratitud del pokémon a su entrenador. Por eso Manuel Pellegrini es el máster-jedi de los «Pokemon Torēnā»: porque ha sabido liberar la energía interior de los pokémon béticos: el aura («Ōra»), el lazo emocional («Kizuna») y el poder del corazón («Kokoro no chikara»).
No obstante, nada sería posible sin el apoyo infinito de la «Marcha Verde» que dispara el «Mega Shinka» de los futbolistas. ¿Cuántos béticos que fueron a Roma con El Cachorro estarán con nuestro equipo ahora mismo en Breslavia? En la católica Polonia los peregrinos béticos deberían sentirse como nazarenos de Triana cruzando el Vístula por un puente invisible hacia el Altozano del alma, porque el Sur también está en el Norte desde que El Cachorro recorrió las calles de Roma. Y así los cofrades del Betis no llevarán ni túnicas ni capirotes, sino una medalla de trece barras: el escudo de nuestra hermandad.
Esta final de Breslavia no sólo la jugamos. La cargamos como un paso.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete